¿Cuáles son las causas de todo este proceso?

1) El fracaso de la globalización: los grandes problemas son globales pero se gestionan en los estados nación. Hay una gran separación entre los intereses del estado, los intereses del pueblo y los de las élites financieras, que son las que realmente gobiernan. La democracia es ficticia.

2) El mismo proceso político está dominado por la política mediática. Lo que no existe en los medios no existe políticamente.

3) No hay ideología ni contenido real en las propuestas políticas; el mensaje de las campañas es el mismo líder político. Nadie se lee los programas de los partidos políticos. Una vez elegidos los candidatos comienza la política de los «lobbies». Por ejemplo, la política europea está repleta de «lobbies», personas pagadas por grandes empresas multinacionales y por una banca con el objetivo de presionar a los políticos y crear leyes adaptadas a las conveniencias de estas multinacionales o grupos financieros. Por cada político escogido por Bruselas hay tres tipos que ejercen de lobbies, de grupos de presión. Este es uno de los motivos por los que la UE está en una gran crisis interna. Por otra parte, también es muy frecuente la práctica de las puertas giratorias: cuando un político termina su mandato es fichado por grandes empresas como consejero. Se le ofrece un sueldo exorbitante como compensación por los favores prestados a estas grandes empresas durante el ejercicio de su mandato. Venden la democracia a los intereses de las multinacionales, la banca y los poderes financieros.

Todas estas prácticas implican una enorme falta de respeto a la ciudadanía y la democracia. Las personas estamos cada vez más descontentas con estas situaciones intolerables. A veces salimos a la calle a manifestarnos y protestar, pero esto sirve de poco para cambiar la realidad. Se han sobrepasado los límites. Los ciudadanos tenemos que recuperar la soberanía sobre el poder, la cual, por derecho constitucional, es nuestra. No somos tratados con dignidad. Exigimos un respeto que va más allá de depositar un voto cada cuatro años. Exigimos participar de pleno derecho en la vida política de nuestra sociedad. Esta demanda implica un cambio cultural y político que ya se está dando por todo el planeta. Nuestro movimiento se presenta como una alternativa popular para transformar la realidad. Queremos crear un mundo diferente, y por eso necesitamos recuperar el control de la soberanía y actuar como agentes políticos de pleno derecho.